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Es una intervención quirúrgica que utiliza venas de la pierna, o arterias de otra parte del cuerpo, para desviar la sangre posterior a la obstrucción de las arterias coronarias, que son las que suministran sangre oxigenada al corazón. La misión de la cirugía de revascularización coronaria es suministrar sangre a las zonas del corazón que más sufren la falta de riego como consecuencia de la aparición y crecimiento de las lesiones coronarias.
Mediante la cirugía de revascularización coronaria se aporta sangre a las zonas que están detrás de las lesiones coronarias y que, por tanto, son las que menos riego reciben. Está indicada en pacientes con enfermedad coronaria extensa (afectación de varios vasos), tras un infarto agudo de miocardio en el que no fue posible la revascularización percutánea.
¿En qué consiste la cirugía de revascularización miocárdica?
Se sutura a la arteria coronaria una nueva arteria o vena que vienen desde la arteria subclavia o desde la aorta. Si hay más de una arteria obstruida, se utilizarán más vasos sanguíneos para revascularizarlas (esto se denomina cirugía de revascularización mediante doble, triple o cuádruple bypass aortocoronario).
Además, la cirugía puede realizarse de dos formas:
Con bomba: Si se utiliza una bomba de circulación extracorpórea, la bomba realiza el bombeo de sangre en lugar del corazón y esto se denomina cirugía convencional ‘con bomba’.
Sin bomba: Si no se utiliza una máquina de circulación extracorpórea, se denomina cirugía a corazón latiente o ‘sin bomba’.
Durante la operación, con el fin de prevenir la formación de coágulos de sangre, se administran fármacos que diluyen la sangre, denominados anticoagulantes.